Las semillas germinan y se desarrollan cuando disponen de un medio ambiente adecuado y proporcionado por los elementos de la naturaleza.
De forma similar, las consciencias humanas también necesitan de un medio ambiente favorable. Se nutren de experiencias, sentimientos y emociones positivas, de alto nivel vibratorio como, por ejemplo: la paz, el amor, la armonía, la comprensión, el respeto, la serenidad, la compasión, la fraternidad, la tolerancia, la alegría, la paciencia, la indulgencia, la claridad o la luz. Se desarrollan con facilidad en ambientes de un trato digno, estable, saludable de equilibrio y bienestar.
Hubo épocas en las que estos potenciales de luz fluían con normalidad. Los condicionamientos de los tiempos actuales aparentemente impiden su desarrollo y proliferación, pero suele suceder lo contrario, porque crean la necesidad de reenfocarse hacia una forma de vida de mayor calidad espiritual. Y esto supone retomar los valores y sentimientos olvidados, volviéndolos a integrar en la vida diaria, con mucho mimo, delicadeza y amor.
Tengamos Felices y alegres días